En el Día Internacional del Síndrome de Down, celebramos a quienes nos enseñan que la vida se vive con más amor, más paciencia y más empatía.
Sus historias no piden lástima, exigen oportunidades.
Su presencia no busca encajar, ya transforma.
La verdadera inclusión comienza cuando dejamos de mirar con juicio y empezamos a mirar con el corazón.
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